En 1988, Sony y Nintendo estaban trabajando conjuntamente en una consola Super Famicom (Super Nintendo) con unidad de CD-ROM. Durante más de una década las consolas habían usado cartuchos, caros de fabricar y con poco espacio de almacenamiento. El CD-ROM podría revolucionar la industria por su bajo coste y sus 750 MB de almacenamiento, como así fue. Sony llegó a presentar este modelo en la feria CES, en 1991.
Pero entonces ocurrió un hecho que cambió la historia de los videojuegos: Nintendo optó por Philips para desarrollar un lector CD, y Sony se quedó sola y con una consola a medio diseñar. Una reunión al más alto nivel entre el presidente de Sony, Norio Ohga, el jefe del proyecto de la Super Famicon con CD, Ken Kutaragi, y miembros de la junta directiva, cambió la compañía para siempre.
Sony no podía vender la consola recién presentada porque la tecnología era de Nintendo. Kutaragi reveló que había estado trabajando en un desarrollo propio de lector CD acoplado a una consola con un chip 3D, y que podrían crear una consola propia. Los directivos de Sony lo rechazaron: no querían que la compañía entrase en el mundo de los videojuegos. Pero entonces prevaleció el concepto de honor, tan arraigado en la cultura empresarial japonesa: Sony había sufrido una afrenta por parte de Nintendo al optar por Philips, y para defender el honor de la compañía tenia que lanzar su propia consola. Así nació la primera PlayStation.
Llega La Play (1994)
Ken Kutaragi, considerado el padre de las consolas PlayStation, aprovechó lo que había aprendido en el proyecto conjunto con Nintendo y desarrolló su propia consola, la Sony PlayStation, puesta a la venta en Japón el 3 de diciembre de 1994. A España llegó el 29 de septiembre de 1995.
Equipada con una CPU RISC de 32 bits a 33.9 MHz, 2 MB de memoria, y una resolución de pantalla de 256×224 pixeles (con modos limitados que subían a los 640×480 píxeles), la PlayStation, también llamada PS1 o PSX, planteaba una doble revolución: añadía un lector de CD-ROM, y un chip gráfico 3D. Era la primera consola de la era moderna.
Gracias s su capacidad para generar gráficos 3D y el mayor espacio del CD, que permitía añadir voces y secuencias cinematográficas a los juegos, los primeros títulos de PlayStation, como el arcade de coches Ridge Racer, el juego de lucha Tekken, o las carreras futuristas de Wipeout, causaron un gran impacto. Otras consolas, como Sega Saturn, disponían de una tecnología similar, pero sus juegos eran casi todos arcades de las recreativas y de temática japonesa. PlayStation triunfó porque, como hemos mencionado, aunó grandes juegos japoneses con temáticas que interesan a los occidentales, junto a títulos desarrollados en Estados Unidos, Reino Unido o Francia.
Así, en 1996 se estrenó Tomb Raider, que cambió para siempre el protagonismo de las mujeres en los videojuegos, y Resident Evil, el juego que inauguró el género del survival horror, que tanto éxito tiene en la actualidad.
En 1997 vió la luz un hito que cambió para siempre la narrativa y la experiencia cinemática en los videojuegos, Final Fantasy VII. Estaba acompañado de otro clásico que no terminaría de explotar hasta su tercera parte: Grand Theft Auto.
PlayStation arrasó, en parte, porque no tenía demasiada competencia: Sega Saturn poseía un catálogo pequeño, y la Nintendo 64 se veía limitada por el uso de cartuchos. Pero sobre todo, porque cada año conseguía lanzar un juego que creaba nuevos géneros, o los redefinía. Así, por ejemplo, en 1998 se destapó con Gran Turismo, el primer simulador de conducción realista para consolas.
En 1999, otro mito, Metal Gear Solid, un aventura que puso de moda el sigilo. O Medal of Honor, que traía a las consolas los shooter bélicos en primera persona de los PCs. Ahora los Call of Duty o Battlefield son los que más venden.
El éxito de la PlayStation original fue total. Se convirtió en la primera consola en vender 100 millones de unidades en todo el mundo.